El Tarot es una herramienta que puede
ayudarnos a encontrar respuestas. Pero su auténtica verdad ha sido manipulada y
transformada por los intereses de una sociedad y de algunos profesionales, por
llamarlos de algún modo. Aunque éstos últimos NO son merecedores de esa palabra
de profesionales del Tarot, sino de profesionales del arte más antiguo de esta
sociedad.
¿Debemos
evitar de tener los brazos y piernas cruzadas en una consulta del Tarot?
¿Verdad?
¿Mentira?
Aquí
se abre un gran abanico de opiniones y de condiciones impuestas con razones y
sin razones.
Si el Tarot me ofrece el LIBRE ALBEDRIO,
desde el respeto hacia él y hacia mí mismo, entonces
¿Dónde está el LIBRE
ALBEDRIO del consultante?
Esta
ha sido siempre mi gran pregunta. Las respuestas que siempre me han dado, tras
largos años de experiencia como tarotista, siempre ha sido:
“Porque así no se bloquea la energía”
¿Cierto?
La opinión que ahora voy a
exponer está realizada bajo las experiencias de todos mis años como tarotista,
desde mi experiencia como ingeniero y desde mi experiencia como ser humano. Voy
a poneros un ejemplo de nuestra vida cotidiana, un ejemplo de éstos que tanto
me gustan y que también uso en mis libros publicados sobre el Tarot ¿Quieres
aprender Tarot?
“Todos sabemos que
la electricidad se traslada por los cables que llegan a los interruptores y
enchufes de nuestros hogares. Estos cables para evitar cortocircuitos se
aconseja que no tengan nudos en su recorrido. Y es totalmente cierto. Si
hacemos un nudo en ese cable podemos provocar que se caliente más de lo
necesario y provoqué un siniestro. Pero dejando de un lado esas terribles
consecuencias
¿La corriente sigue fluyendo a través del cable aunque tenga un nudo?
¿Nuestra lámpara sigue dándonos esa luz?”
Nuestro cuerpo
físico cuando se encuentra con los brazos y piernas cruzados, en él sigue
fluyendo su energía. Le costará más tiempo, como le ocurre a la corriente eléctrica,
pero fluirá.
Todos nosotros tenemos un cuerpo
físico en este planeta. Un cuerpo que podemos observar y tocar porque vive en
nuestra dimensión terrenal. Además todos tenemos un cuerpo energético al que
conocemos como Aura. Un cuerpo energético donde habita nuestra esencia como seres
y no podemos verlo ni tocarlo por nuestra condición de seres humanos. Ambos
cuerpos son nuestros, uno va unido al otro intrínsecamente, son inseparables, y
la existencia de uno de ellos necesita de la existencia del otro.
Cuando nosotros sufrimos una
enfermedad en nuestro cuerpo físico es porque nuestro cuerpo energético ha
sufrido y sufre algún contratiempo. Nuestro cuerpo físico es quien manifiesta
la enfermedad de nuestro cuerpo energético. Pero a pesar de ello, nuestra
energía sigue fluyendo por ambos. Nos levantamos, nos movemos, comemos,
hablamos, trabajamos,…y un largo etcétera de acciones como manifestación de que
nuestra energía sigue fluyendo. ¿Cierto?
¿Cuándo realizamos una consulta al Tarot?
Normalmente cuando nos encontramos un poco
depresivos como consecuencia de la falta de encontrar respuestas a nuestros
problemas. Cuando éstos inundan nuestras vidas y como consecuencia estamos abatidos,
cansados y deprimidos. Nuestro cuerpo físico está cansado, triste y le falta
fuerza. ¿Cierto?
Pues cuando nuestro cuerpo
físico se encuentra en estas condiciones, nuestro cuerpo energético también.
Cuando nos encontramos en este estado anímico todos los humanos tendemos a
realizar actos físicos que delatan nuestro estado emocional. Nos cruzamos de
piernas cuando estamos sentados. Nos cruzamos de brazos y nuestro cuerpo se encorva.
Nuestros andares pierden ese ritmo habitual y acostumbramos a cambiar nuestra
forma de vestir utilizando colores más oscuros.
Nuestro cuerpo energético le
pasa exactamente lo mismo porque está unido al físico. Sufre exactamente lo
mismo. Entonces…
¿Por
qué debo forzar a mi cuerpo físico a adoptar una postura que no quiero cuando
consulto al Tarot?
¿Por
qué me obligan a estar sin cruzar brazos y piernas cuando como consultante
también tengo el LIBRE ALBEDRIO?
Cierto es que cuando nos
encontramos en estos estados emocionales nuestra energía fluye más lentamente,
pero fluye igualmente. Entonces es cuando yo me pregunto:
Si una persona puede llorar en
una consulta por qué posee el LIBRE ALBEDRIO de hacerlo ¿Por qué no tiene el libre
albedrío de cruzar las piernas si también lo necesita?
Si su estado emocional físico y
energético está sufriendo una situación desagradable
¿Quién es el tarotista
para obligarle a hacer lo que no le apetece?
¿Dónde está el libre albedrio del consultante?
El Tarot, nuestro Tarot, se
traslada y evoluciona en este cuerpo energético que todos nosotros tenemos. Él
encuentra las respuestas de nuestras preguntas en este cuerpo energético. Entonces
¿Por qué se le exige al consultante una posición concreta?
Al Tarot no le impide
evolucionar tu posición física, todo lo contrario. Él necesita tu auténtico
estado para traer la auténtica respuesta. Todos conocemos aquello de:
“Todo
gesto de tu presente modifica tu futuro”.
Entonces
si modificas tu postura física y energética en una consulta estás modificando
tu respuesta del Tarot.
¿Entonces?
La respuesta que nos aporte el
Tarot será, tal vez y solo tal vez, más difícil de interpretar para el/la tarotista.
Pero un buen profesional del Tarot esta “dificultad” no es una dificultad.
Cierto es que si no cruzamos
pies y brazos la energía fluye más rápidamente y la respuesta es más rápida,
pero tal vez no es la auténtica respuesta. La condición de una posición física
en una consulta debe ser tu decisión, no una imposición del tarotista. El
tarotista debe decirte que posición es la mejor pero no debe pedirte que la
ejecutes. La decisión es tuya, las consecuencias son del tarotista.
Si tú decides una posición no modificas tu
estructura energética y si tú la realizas bajo una petición la estás
modificando.
Si tú escuchas el consejo y
decides materializarlo tú no modificas tu estructura, es tu decisión.
Esto es el libre albedrio, tu decisión.
¿Cruzar o no los brazos y pies en una consulta?
Depende de tu decisión, de ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Agradezco tu comentario, gracias